Javier Arenas ha rechazado la oferta de Rajoy para ser tavoz de Gobierno. El ex líder del PP andaluz considera que si entra en estos momentos al Ejecutivo dilapidaría el poco crédito mediático que me queda. Por otro lado, todavía no perdona a Rajoy la equivocada estrategia de Comunicación seguida en las pasadas elecciones andaluzas donde no consiguió la esperada mayoría absoluta.
El pasado 13 de julio se escenificaba la salida de Javier Arenas de la política andaluza. No obstante, muchos creyeron que la despedida era realmente un hasta luego que se prolongaría hasta encontrar un espacio en la estructura nacional de los populares. En este sentido, las informaciones llegadas hasta prnoticias indican que Arenas tuvo una oferta en firme de Mariano Rajoy hace unas semanas para hacerse cargo de la estrategia de Comunicación del Ejecutivo lo que incluía además ser tavoz de Gobierno. Una oferta que ha sido desmentida desde fuentes oficiales del Partido Popular (PP) ‘nunca se ha producido’, han dicho, pero que cercanos al entorno de Arenas han confirmado a prnoticias.
El objetivo de Rajoy era ‘premiar’ a Arenas su apoyo en los momentos más duros, en que la figura del actual Presidente de Gobierno era cuestionada al interior del PP. Por otro lado, con ello pretendía además liberar de exposición mediática a Soraya Saenz de Santamaría y destinarla a funciones más técnicas, de organización y gestión gubernamental conservando siempre su rango de vicepresidenta.
La llegada de Arenas –un político directo que no se guarda nada y que siempre lleva la iniciativa en temas clave era además una fórmula para poner orden en la caótica estrategia de Comunicación seguida hasta ahora el Gobierno y de pasar a la ‘avanzada’ en temas mediáticos, una asignatura pendiente para un Ejecutivo que no sabe vender sus logros, ni sus reformas y que prefiere esperar qué se dice de él, antes de generar debates y corrientes de opinión.
No obstante, Arenas ha rechazado la oferta. El ex líder andaluz considera que de entrar en estos momentos al Gobierno cavaría una tumba política y quemaría el poco crédito que le queda en política nacional. Por otro lado, Arenas todavía no digiere su derrota en Andalucía, donde se quedó sin mayoría absoluta, y culpa en buena medida del descalabro a Mariano Rajoy confiar la campaña a Pedro Arriola, quien hizo una campaña a la defensiva, a la espera de los acontecientos y que finalmente dilapidó las favorables expectativas del partido para Gobernar. Desde luego Arenas no comulga con la actual estrategia del PP en materia de Comunicación, pero tampoco se siente con fuerza, ni ganas, para cambiarla.
Seguiremos Informando…
