En la Tierra a viernes, 26 abril, 2024

LA REVOLUCIÓN DE LOS WEBLOGS

La revolución de los weblogs

 

*  “Lo que el pájaro hizo antes de ayer, el hombre lo hará mañana”

 

*  “Intet es el caos de la expresión, pero nadie puede negar a los ciudadanos su derecho al caos”

 

El mundo es un pañuelo, nunca mejor dicho. El mundo, desde hace unas pocas décadas, gracias a Intet, es incluso un patio de vecindad, la esquina de nuestro barrio. Aristóteles no definiría hoy al hombre como anal político, sino como un ser en comunicación, expuesto a diario a todo tipo de informaciones y comercios. En menos que canta un gallo, es decir, en apenas diez años, Intet ha puesto patas arriba el mundo de los medios y la comunicación de masas. Intet es el estanco en la esquina de cada casa. Los periódicos, la gran revolución mediática tras la invención de la prenta, ya son sólo una parte del tinglado informativo. La radio y la televisión, fenómenos mucho más modernos, también. Incluso la prensa gratuita, un suceso de ayer mismo, nos parece algo antiguo, del siglo pasado. Hoy, el gran aconteciento es Intet, en mayúscula, que todo lo revoluciona, que cada año sorprende con una nueva conquista, como los famosos Weblogs, la últa moda en la Red.

 

Hace apenas 30 años, el humorista Forges ilustraba la revolución informativa de la época, marcada aires de libertad y un cierto libertinaje, con una tira cómica en la que un joven melenudo, subido al piano, era advertido su progenitor con esta requisitoria: “O depones tu actitud, o corro el barrio la especie de que eres periodista”. La prensa entonces tenía mala prensa. Estaba en crisis, se decía a diario. Razones había para pensarlo, aunque se desconocían las  causas. Entonces era moda hablar de La Galaxia Gutemberg, y de su teorizador más famoso, el canadiense Marshall Mac Luhan. Cosas como que “el medio es el mensaje”, y así. Lo tacharon de mistificador, o ave de malos agüeros. En realidad, visto en perspectiva, Mac Luhan fue el gran profeta de la edad electrónica. Hay una frase que le engrandece, aunque venga de más lejos, del mismíso Giordano Bruno: “Lo que el pájaro hizo antes de ayer, el hombre lo hará mañana”.

 

“El mundo se le escapó al periodismo”

 

Lo que pronosticó Mac Luhan ya está aquí, y pocos saben cómo ha sido pese a su lógica natural. La tecnología no produce nada que no tenga ya su modelo en la naturaleza, bajo una u otra forma. Aunque parezca increíble ( la manía de acostumbrarse que tiene el hombre), no hay más solución de continuidad entre el vestido y la piel, el pie y la rueda, la mano y la estilográfica, que entre la prenta inventada Gutemberg y una plancha de máquinas offset, las rotativas HarrisMarinoni y una emisora de televisión, la agencia Reuter y la Google News, y entre un tal de Intet y la cadena de weblogs que inundan en los últos meses el sistema de las comunicaciones de masas.

 

Algunos empresarios de la comunicación siguen creyendo que lo que hace unos pocos años conocíamos como “la autopista de la información” es hoy un galatías de redes sin fin que llevan a todas partes y a ninguna. “El mundo se le escapó al periodismo. Tenemos que reinventar al mundo”, les replica Gabriel García Márquez. Lo acaba de decir el gran premio Nóbel colombiano ante la Fundación para un Nuevo Periodismo Iberoamericano, creada él hace diez años para promover la calidad de la narrativa periodística, y su ética. Hay que aspirar a más calidad y más ética, pero el futuro, según el autor de Cien años de soledad, exige mayor atención a la investigación, en particular al papel de las tecnologías de la información y la comunicación, tanto en la recolección como en la producción y la difusión de las noticias.

 

La merma en el número de lectores de periódicos empezó en los años 70 del siglo pasado, y se acelera cada año. Los jóvenes, en particular, se informan de manera diferente. La amenaza que sufre el periodismo no tiene precedente en la historia de los medios, e Intet es apenas, todavía, la punta del iceberg de esta revolución digital. Hoy todos podemos ser periodistas. Cualquiera que tenga acceso a las herramientas puede expresarse y ser oído todos. Incluso la tradicional fuente de financiación de la actividad periodística (la publicidad) está tomando otros caminos.

“Hay que reinventar el mundo”, proclamó García Márquez. Pero el invento ya está aquí. Miles de millones de ciudadanos lo están utilizando, ante la perplejidad de los periodistas profesionales y sus empresas, que no saben cómo anticiparse o participar del fenómeno, resignados ya a que no podrán frenarlo. El sistema de comunicación, además, se revoluciona cada mes. Ayer fue el ordenador tátil, hoy la aparición de teléfonos celulares con capacidad para grabar en vídeo, editar y transmitir las ágenes una línea de banda ancha a un blog, wiki, o al sitio de la Coración mediática de turno.


Una historia de sólo diez años

 

Intet está en el centro de nuestras vidas, incluso para los miles de millones de seres  marginados de esta revolución mediática. Intet no es el futuro. Es el presente. Es un medio para todo: una red de redes en la que caben los medios de comunicación, el cibercorreo, todo tipo de comercios, las diversiones, la cultura, toda la organización social, muy compleja que la aginemos. Intet nos permite encontrar en un minuto las cosas más insólitas, o localizar a amigos que no habíamos visto desde el bachillerato… El estanco de la información absoluta a nuestro alcance, en la esquina de casa, siempre abierto. Parodiando al poeta, nada humano le es ya ajeno a Intet.

 

Y, sin embargo, aunque parezca increíble, apenas hace diez años que existe tan prodigiosa herramienta humana. Se construye como red de redes a partir de 1969, pero tal y como la gente lo entiende hoy se constituyó en 1994, a partir de la existencia de un browser. Un año después, a finales de 1995, ya tenía nueve millones de usuarios o beneficiarios, 700 millones en 2001, casi un par de miles de millones ahora… Y todo ello en libertad, sin que nadie pueda ponerle puertas a este inmenso campo de la comunicación. Vean lo que dice uno de sus grandes especialistas, el sociólogo Manuel Castells.  “Yo me acuerdo que en los años 1995 y 1997 participé en la comisión de expertos sobre la sociedad de la información que nombró la Comisión Europea, y allí, en una comisión en la que yo obviamente estaba en absoluta minoría, se trataba de ver cómo se podían paliar los efectos devastadores que podría producir Intet en la sociedad, en la política, en la cultura. Predominaba una actitud defensiva”.

Lo que cuenta el profesor Castells indica una cosa presionante: Intet nace, se desarrolla y crece a pesar de los Estados y de las poderosas Coraciones de Comunicación. Es, tanto, un instrumento contestatario, de liberación y autonomía personal. Hay quien argumenta sobre  su origen militar (efectivamente, Arpanet, el antepasado de Intet, se desarrolló en Estados Unidos como medio de comunicación entre superordenadores de los centros de información militar), pero lo cierto es que Intet se desarrolla a partir de una arquitectura informática abierta y de libre acceso, en la que los principales productores de tecnología son los propios usuarios. Por cierto: es la vieja historia de la tecnología: ya pasó con la prenta, que se lo preguntan a los aristócratas y reyes tras la explosión de la Revolución Francesa, en la que personajes tan variopintos como JeanPaul Marat o Camille Desmoulins lanzaban a la calle a diario sus propios medios de comunicación, libres como pájaros, terribles e parables. Fue más tarde el caso del teléfono, que se inventó para una cosa y los usuarios le dieron la vuelta creando otras muchas aplicaciones.

 

Intet tiene mucha más flexibilidad y ductilidad, aún no es posible decir hasta dónde puede llegar. Una cosa es ya segura: la inmensa mayoría de los movientos sociales, políticos y empresariales del mundo utiliza Intet como una forma privilegiada de acción, organización y desarrollo.

 

“Aquí estoy, este es mi manifiesto”

 

Intet es, además, un medio de comunicación en el que todo el que quiera puede ser protagonista. En Intet todos podemos hacer de periodistas. Y mucho más: podemos ser también agitadores, políticos, revolucionarios si se quiere. Uno puede lanzar en este medio un mensaje como éste: “Aquí estoy, este es mi manifiesto, ¿quién está de acuerdo conmigo?” O: “Esto es lo que digo, ¿qué podemos hacer juntos?” La transmisión instantánea de ideas e informaciones   en un marco como Intet permite la suma y coalición en torno a acciones o valores. Pocos medios lo han subrayado (que nadie quiere tirar piedras sobre el propio tejado), pero el principal sistema de comunicación y de reclamo entre los jóvenes que incendiaron de una extraña revolución sin nombre, hace unas pocas semanas, varios  suburbios de París fue Intet.    

 

Otro debate recurrente sobre Intet es el de la libertad. El del control. Pero los poderes públicos dan la batalla perdida. Lo ha proclamado, cierto, hace apenas cinco años, el Tribunal Supremo de los Estados Unidos, tras reconocer que en Intet hay “toda clase de problemas y puede conducir a excesos”. Intet es el caos de la expresión, pero nadie puede negar a los ciudadanos su derecho al caos, sostiene casi textualmente el alto tribunal norteamericano. Es una idea profundamente innovadora, como corresponde al país cuya Constitución lleva la firma de tipos tan extraordinarios como George Washington, Thomas Jefferson o James Madison.

 

Tan difícil como colocar puertas al campo es ponerle trabas a Intet. La única forma que tienen los gobiernos de controlar Intet sería desenchufarlo, como hacen en China, Irán y antes en Afganistán. ¿Quién se atreve a estas alturas?  Otra cuestión es la privacidad, que es una batalla perdida. Cualquier cosa que hagamos en la red se puede detectar electrónicamente que el encriptado está prohibido los gobiernos ( lo de la droga, empezaron diciendo; ahora, la amenaza terrorista universal).

 

La empresa y los cambios

 

La historia de Intet ofrece esta otra  curiosa lección: nació y se desarrolló inicialmente al margen de la empresa. No se creó como un proyecto de ganancia empresarial. Hay una anécdota reveladora, norteamericana supuesto. En 1972, la prera vez que el Pentágono intentó privatizar lo que fue el antepasado de Intet (Arpanet), se lo ofreció gratis a ATT para que lo asumiera y desarrollara. La ATT lo estudió y dijo que ese proyecto nunca podría ser rentable y que no veía ningún interés en comercializarlo. En fin, grandes genios de la prospectiva, disculpables si añados que los mismos años el presidente de Digital, una gran empresa de informática, declaró que no veía ninguna razón para que alguien quisiera un ordenador en su casa (pocos años antes, Thomas Watson Jr., presidente de IBM, declaró que en el año 2000 en el mundo sólo habría cinco ordenadores, todos, obviamente, IBM).  

 

Los tiempos cambian que es una barbaridad, cada día más deprisa. Hoy no hay empresa posible de espaldas a Intet. La nueva economía no es la economía de las empresas que producen o diseñan Intet (hay poquísas en este campo), sino que es la de las empresas que funcionan con y a través de Intet. Se habla mucho del comercio electrónico entre consumidores, y es lógico que es inmenso; pero el 80% son transacciones de empresa a empresa  para relaciones comerciales entre las propias empresas, y razones de prestigio e agen.

 

Intet está transformando muchas cosas, aunque no conviene exagerar. Muchos expertos concluyen que no ha cambiado nuestras vidas. Frente a los que predican que Intet aliena, aísla, lleva a la depresión, al suicidio, a toda clase de cosas horribles; o bien, frente a quienes dibujan un mundo extraordinario, de libertad, de desarrollo, en torno a Intet, que nos comunica, nos hace vivir en comunidad…., un gran estudio de British Telecon realizado a lo largo de un año en una larga serie de hogares concluye que si sólo “Intet no cambia nada”, es decir, que la gente que hacía lo que hacía lo sigue haciendo con Intet: a los que les iba bien, les va mucho mejor; a los que les iba mal, les va igual de mal; el que tenía amigos, los tiene también en Intet, y quien no los tenía, tampoco los tiene en Intet.

 

Es un estudio intelectualmente muy conservador, incluso en su propio título: Aquí no pasa nada. Pasan muchas cosas. Intet es un instrumento que desarrolla los comtamientos, aunque no los cambie. Al menos eso parece; es pronto para asegurarlo.   

 

 

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Lección para iniciarse en bitácoras

 

Hay un campo en el que Intet está causando una revolución: El de las comunicaciones personales. ¿Quién escribe cartas ahora, ejemplo, y las deposita en un buzón en Correos, sobre y sello incluidos? ¿Quién busca un quiosco para comprar su periódico local cuando va de viaje lejos de casa? ¿Quién pide un dato al departamento de Documentación de la empresa? ¿Quién pregunta al vecino de al lado cómo se llamaba el prer presidente de los Estados Unidos o en qué año se produjo la independencia de Argentina? Todo está en Intet, todo lo saben sus buscadores.

 

Además, están los weblogs (bitácoras en español), cuya notoriedad ha crecido en los últos meses. En la Red existen ya cerca de 8 millones de weblogs en el mundo, y cada día se suman miles de personas. Es la nueva revolución mediática, un mundo en el que todos podemos ser periodistas y lectores al mismo tiempo.

 

Un weblog es un sitio web donde el autor ata opiniones, noticias y enlaces que se actualizan de modo regular, casi a diario, escritos con un estilo informal y subjetivo. Muchos de estos weblogs están dirigidos prestigiosos periodistas que escriben sobre temas que no pueden tratar abiertamente en sus medios. Weblogs, blogs, cuadernos de bitácora o, splemente, bitácoras son las denominaciones de este recurso de información y comunicación. La terminología alude a los diarios de navegación en los que marineros y pilotos anotaban los incidentes de ruta y los acontecientos más notables en sus viajes.

 

También hay weblogs gestionados especialistas en diferentes sectores (farmacéutico, financiero, etc.), o ex empleados de empresas en procesos de crisis. Estos bloggers presentan una versión personal de las noticias del día. En vez de basar su información en los tradicionales comunicados de prensa, los bloggers organizan sus noticias como quieren y redactan sus artículos de opinión según su propio criterio.

 

Existen alrededor de 50.000 weblogs activos escritos en español, auténticas fuentes de información alternativas que difunden la actualidad empresarial, social y política. Relacionados con Intet, cuya red comparten y de la que son una especie de prolongación inevitable, funcionan como las páginas ordinarias, con la salvedad de

que son directa y exclusivamente propiedad de individuos que las utilizan como vehículo de expresión personal, como una especie de diario.

 

Proliferan los weblogs que, sin abandonar la forma personal y expresionista, se dedican a temas técnicos y especializados (literarios, tecnológicos, políticos, etc.). En este sentido, los weblogs parecen haber abandonado ya su fase diletante y meramente exhibicionista para pasar a adoptar formas más profesionales.

 

Numerosos periodistas, escritores y creadores de opinión pública tienen su propia weblog desde donde exponen sus puntos de vista sobre las noticias del día sin

necesidad de sotar las restricciones que ponen los canales de información tradicionales.

 

Los  weblogs aún no están muy extendidos en España, pero algunos ya son fuente de información habitual para periodistas y directores de comunicación de empresas, instituciones y partidos políticos. Es en los weblogs donde la polémica sobre el nuevo Estatuto de Cataluña se ha desarrollado con mayor amplitud y libertad, citar un ejemplo reciente de comunicación de masas.

 

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Una herramienta fácil de manejar

 

El weblog es una herramienta fácil de crear y de usar. He aquí algunos consejos útiles, tomados de Rebecca Blood que en 2000 publicó Weblogs: A History and Perspective (http://www.rebeccablood.net/essays/weblog_history.html).

 

1. Prueba varios servicios. Los hay gratuitos, otros cuestan dinero. No comprometas  una herramienta hasta probarla.

2. Fija objetivos. Las bitácoras se pueden utilizar para filtrar información, organizar negocios, compartir noticias familiares, establecer reputaciones profesionales, fomentar el cambio social y reflexionar sobre el sentido de la vida.

3. Conoce a los destinatarios. Se escribe de manera distinta a los amigos, a los socios o a la familia. Saber para quién se escribe permite adoptar el tono apropiado.

4. Realismo. Incluso una bitácora profesional puede ser atractiva. Evita el estilo del g. Habla con voz real acerca de cosas reales.

5. Escribe acerca de lo que amas. Una bitácora es el lugar para opiniones contundentes, sean de política, música, asuntos sociales, jardinería o tu profesión.

6. Actualiza con frecuencia, dos veces semana al menos. Los lectores regresan a tu sitio si encuentran algo nuevo.

7. Construye credibilidad. Sé sincero. En Intet, tus palabras pueden permanecer para siempre, tanto si las has publicado tú como si han sido archivadas en otro sitio.

 8. Enlaza a tus fuentes. La Web permita una transparencia que ningún otro medio puede igualar. Cuando enlazas a una noticia, un ensayo, un documento oficial, un discurso o un artículo de otro bloguer, das acceso a fuentes prarias, permitiendo realizar a tus lectores juicios documentados.

9. Enlaza a otras bitácoras. La Web es un medio democrático y los bloguers amplifican las voces de cada uno cuando se enlazan entre sí.

10. Sé paciente. La audiencia de las bitácoras es pequeña, pero crecerá.

 

Mercedes Pescador

Directora General de Medialuna Comunicación

 

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