En la Tierra a viernes, 26 abril, 2024

La gran mentira del dividendo digital

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Los radiodifusores de televisión deberán readaptar sus centros emisores varias veces hasta el año 2015, para ir adaptándolos al sucesivo cambio de las frecuencias en las que emiten. Este baile deberá ser seguido una parte de las antenas TDT. Expertos del sector evalúan que requerirá un desembolso superior a los cien millones de euros, la mayor parte de los cuales deberán ser pagados los canales de televisión en los próxos seis años. Será la consecuencia del dividendo digital anunciado el ministro Sebastián.

 

 

El suceso ha sido calificado de tsunami digital, y no solo el gasto que conllevará. A los canales TDT se les asignará una frecuencia diferente a la actual en 2015, pero el cambio es demasiado complejo para hacerse de una vez que plica a un gran número de canales y suma el apagón analógico. Por ello, a cada canal de televisión se le irán reasignados de dos a tres frecuencias sucesivas hasta llegar al cambio definitivo. Eso requerirá el trabajo intensivo de todos sus técnicos, que deberán resintonizar todos los equipos de sus centros emisores, en cada caso, pero también de los departamentos de g.

 

Cada cambio obligará a la emisión sultánea de la señal en el canal nuevo y en el antiguo, para que los espectadores no dejen de sintonizarlos mientras les informan de los cambios que  deberán realizar en sus antenas, y en sus descodificadores o receptores de televisión. Es lo mismo que sucede ahora, pero tres veces y durante seis años. Una verdadera pesadilla. A pesar de ello, los expertos apuestan que los canales de televisión no protestarán mientras se mantiene el proceso para elinar la publicidad de RTVE, lo que les retará pingües beneficios.

 

La política audiovisual seguida el gobierno es calificada entre los bastidores de este mundillo de auténtico compadreo. Pero, enca de todo, nadie se explica cómo se ha llegado a esta situación, que se podía haber evitado de habernos atenido a una resolución de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT). Este organismo internacional, que armoniza las telecomunicaciones en todo el mundo, decidió en 2007 que la banda de frecuencias que va de 790 a 862 megahercios se dedicaría a servicios de banda ancha en movilidad en todo el mundo a partir de 2015. Por ello, todos los países la han dejado libre para los futuros servicios, que ni los operadores se atreven a predecir. Se supone que será acceso a Intet móvil, pero se duda de que estén ligados a la telefonía móvil. Los expertos coinciden al opinar que una buena parte de la banda se destinaría a dar servicio universal de banda ancha rural.

 

Es cierto que, en 2007, España ya había destinado las frecuencias sobre las que irían los canales TDT, pero arreglar el problema en esa fecha hubiera minizado el pacto. Desde luego, se habría realizado el cambio de una vez en todos los operadores de televisión, dado que la TDT apenas estaba extendida. Hoy, el 90% de las concesiones nacionales y autonómicas de TDT emite los canales que van del 61 al 69, que son los que se encuentran en la banda de frecuencia de 790 a 862 megahercios, y que ahora habrá que desalojar. Imposible hacerlo de una vez en medio del proceso del tránsito hacia el apagón analógico, que ya se está realizando de forma paulatina toda España.

 

El mensajero del desaguisado ha sido el ministro de Industria Miguel Sebastián. Ayer anunció en el Senado que esta frecuencia estará libre en España en 2015 para servicios de banda ancha en movilidad, y lo llamó dividendo digital. “Según la Comisión Europea, en España el valor incremental de la utilización del dividendo se esta entre 12.000 y 16.000 millones de euros, el equivalente al 1,5% del PIB”, decía la nota redactada el Ministerio para el anuncio. Y se quedan tan frescos.

 

Lo que anuncia Sebastián no tiene nada que ver con el dividendo digital, aunque han tomado la expresión para tapar la chapuza monumental que, una vez más, ha hecho nuestro querido gobierno. Lo explico. Cada canal analógico ocupa el espacio de cuatro digitales, lo que cuando suceda el apagón digital quedará libre una parte del espectro radioeléctrico que ahora ocupan. Eso es lo que se ha llamado dividendo digital, y las frecuencias que quedan vacantes se está subastando en países como Estados Unidos. Pero eso es otra cosa, que el espacio que se está subastando no está en la frecuencia de 790 a 862 megahercios. En esos países sí se producirá una riqueza, que se ha realizado un cambio ordenado de los canales analógicos a los digitales sobre las frecuencias correctas. Y en ninguno de ellos se ha ocupado esa frecuencia que ahora la UIT destina a banda ancha móvil a partir de 2015, que nadie suele ocupar frecuencias libres, sin más, hasta que la UIT no determina su utilización. Precisamente para evitar la situación de caos que viviremos en España.

 

El desmadre español es otra cosa, y desde luego no tiene nada que ver con el dividendo digital que trata de vendernos el ministro. Quienes prero ocuparon la fatídica frecuencia fue Quiero, y se la otorgó un gobierno del PP, pero eso fue en 1998. Quiero cerró, y esas licencias se repartieron años después entre los nuevos canales TDT. Repito que el desastre actual se habría minizado en 2007, y estoy segura de que el magnífico equipo técnico de la Secretaría General de Telecomunicaciones recomendó hacerlo, pero no les hacen caso desde hace un par de legislaturas. Zapatero ha decidido personalmente llevar la política audiovisual en Moncloa, a través de la vicepresidenta Maria Teresa Fernández de la Vega, que es su brazo ejecutor. Eso sí, nadie protesta que, quien más quien menos, tiene intereses en el mundo audiovisual. Y la tele tiene mucho poder.

 

SUSANA BLÁZQUEZ, PERIODISTA

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